jueves, 18 de marzo de 2010

Smell of Victory


No words today, just the smell of Victory, and the rubbish.

miércoles, 17 de marzo de 2010



Senegal, at last. Is like getting land on a different planet. Here ends up the desert and starts the malaria disease. But on top of it, it is the end of the hostile feeling. Mauritania was unfriendly but here is the happy and colourful Africa. And there is good beer, sexi women and strong men. The city of San Louis was French, so it is like a old African New Orleans. Its full of life. I hope be arriving soon to my goal: Dakar.


Senegal, por fin. Es como cambiar de planeta. Se acabó el desierto. El río marca la frontera entre el Sahara y la humedad tropical. También es la frontera de la malaria. Pero sobre todo la frontera de la hostilidad. Senegal es el África alegre y colorida. Senegal es el país de la cerveza La Gazele, de las mujeres en pantalones ajustados y de los hombres fuertes y atléticos. San Louis es un caos polícromo y animado. Las calles son un mercado, un ágora y un zoológico. Cruzo el puente de hierro y entro en la ciudad vieja. Es como un Nueva Orleáns africano y abandonado. Está lleno de vida. Pronto espero llegar a la meta: Dakar.



En Roso me desvío hacia la pista de Diama, que va paralela al Río Senegal. 90 km bastante divertidos. Hay que pasar un parque nacional que en realidad es un impuesto de 3000 guías, unos 10 euros. Luego, la frontera mauritana. El tipo de aduanas pide 3000, que parecen legales. El policía otros 3000, pero estos no son legales. Es del Barça. Para cruzar la presa y entrar en Senegal, se paga un euro y medio. Luego el seguro, 25 euros, el passavant para la moto, unos 10 euros y el poli que pide por la cara otros 10. Si quieres se los pagas y pasas rápido, si no, te cruzas de brazos y te lo tomas con calma. Por ahí pasan cientos de europeos que van a Dakar, o sea, que nos conocen de sobra.


Nouakchott es una ciudad sobre arena de playa. El suelo está lleno de conchas. Aquí hubo un mar antes de una república islámica. Una mala república islámica de gente hostil y malencarada. He viajado por otros países islámicos y nunca había sentido este rechazo. En Siria, por ejemplo, la amabilidad de la gente es apabullante. Los mauritanos no me parecían amables. En el albergue Sahara había tres rusos con resaca. Les conté que había estado recorriendo Rusia en moto y al final cedieron en su antipatía eslava. Vivían aquí. Dios sabe haciendo qué.



Entonces oí un ronco rugido de motor diesel. Un trailer desvencijado con los colores rojos de Coca Cola apareció del norte. Cuando el conductor bajo le pregunté si iban a Nouakchott. Me pidió unos 60 euros. Le hubiera dado lo que me hubiera pedido y dos besos. En la cabina iban cuatro mauritanos negros. Entre todos subimos la moto. Cuando me alejé vi una absoluta expresión de estupor y desolación en el careto de los hijos de puta de Malí. Incluso los berebere mauritanos estaban contrariados de que me escapara entero y sin problemas.



Estas razones sirven siempre y cuando de los que te tengas que preocupar sean auténticos terroristas. El problema es si te quedas mucho tiempo parado en un lugar con gente aburrida a tu alrededor. Entonces le das una oportunidad a tres cretinos sin cerebro para hacer demasiadas cábalas sobre la posibilidad de sacar alguna tajada del regalo que Alá les ha puesto en bandeja en forma de occidental en apuros. Eso sí me da miedo. Los peores crímenes son los perpetrados por aficionados. La película Fargo lo demuestra. Estando en aquella gasolinera sin ningún amigo, pues los berebere eran bastante hostiles, y con tres enemigos sin el cerebro suficiente para valorar las consecuencias de sus actos, me encontraba en la peor situación posible. He cruzado suficientes países como para hacerme una idea no paranoica de cuando estoy en peligro. Lo esencial cuando se viaja en solitario es saber distinguir los buenos de los malos, y de éstos, alejarse lo más rápido posible. Pues bien, aquellos tipos eran malos pero yo no podía irme. Tal vez sólo quisieran robarme, pero tampoco me apetecía esa fiesta.

No soy un temerario. Decidí cruzar Mauritania porque había varías buenas razones para no ser víctima de un secuestro, una técnica y otra estratégica. La técnica es la velocidad. Un motorista solitario apenas llama la atención. Una caravana solidaria sí. Van trompeteando su presencia. Pero yo cruzo como una exhalación. Cuando el malo de turno se quiere dar cuenta, estoy a cientos de kilómetros. Un secuestro no se improvisa, se prepara a conciencia. En cuanto a las estratégicas, teniendo en marcha una negociación al estilo africano, no es probable que se alteren las posiciones de los negociantes dándole una patada a la tetera. El gobierno español compra y Al Qaeda vende. Tras un gesto de buena voluntad como es la liberación de una secuestrada, no es de prever que secuestren a otro español; eso supondría una revisión súbita de posturas en el bazar.



Recomendación. Hacer esta parte del camino siempre con gasolina suplementaria. No es buen sitio quedarse tirado aquí. Si me pasó a mí le puede pasar a cualquiera. Inmediatamente siento que no soy bien recibido. Tres negros de Malí empiezan a mirarme y hablar en su lengua. Hablan de mí. Este trío de soplapollas lo que ve cuando me miran son cinco millones de dólares. Saben que tengo que pasar la noche aquí y están planeando algo. Es evidente. El africano negro no es muy bueno maquinando, se le nota todo.



Mauritania es el desierto de las películas. El del mar de oro. El de los secuestros. El de la falta de gasolina. Sabía que en dirección Nouakchott había una estación de servicio a 300 km de la penúltima gasolinera marroquí. En la de la frontera no había super, Llegaría por los pelos. A punta de gas sufriendo un calor espantoso, divisé el logotipo de Total, la petrolera francesa. Es una gasolinera con cafetería y tienda. Un apeadero obligado de autobuses. Cuando llegué, me dijeron que se había acabado la gasolina. Son las cinco de la tarde.

martes, 16 de marzo de 2010

The Big Beach



The Sahara is a big beach. A really big one. I met few old Saharan people who spoke Spanish. It is like an echo from the past. They helped me a lot and they made complaints about the Spanish politics. They have betrayed the Agreement of 5 June 1969 about Spanish citizenship. In the Moroccan side, the police and military are everywhere. They do not want witnesses.

About the motorcycle. Every day there is at least one problem. When I was thinking the bike is Ok, I crashed and broke the pannier. It was typical of me. I met a Greek guy in the camping. He rides a GS 1200 ADV and this was his first trip. I wanted to show off riding the gravel road, but slipped on the sand and fell off. Funny, but I broke the suit case. I had to go to to fix it.



The main problem was in Mauritania. You know, there is Al Qaeda kidnapping western citizens. So it is not a good place to have mechanical problems. Ok, in the worst place, 200 km north to Nuakchot I run out of petrol. I arrived to the only gas station on the way and they said: no more gas till tomorrow.



There were three Mali guys. I felt them very hostile to me. They were 3 good for nothing, not really Al Qaeda terrorist, but the problem is one white guy means 5 millions dollars here because they knew our Government paid that for other hostages. So those stupid bastards started to think about. The worst thing in life can be kidnapped by amateurs.



Nobody wanted to help. Nobody wanted me there. I was going to have night at the fill station when Uncle Sam appeared. A big truck of Coca Cola driven by 4 black guys. I asked them if they can put my motorbike on and take me to the city. They asked 15.000 guias, about 60 euros, and here I am. In Nouakchott.





sábado, 13 de marzo de 2010

Brothers in arms and more electrical problems



La bobina llega. Voy a DHL a por ella. Soy el primer cliente, me dice la empleada. No me extraña, no creo que haya nadie en Agadir tan ansioso por un envío. No tengo que pagar nada en aduanas. Coloco la pieza pero sigue funcionando solo un cilindro. Llamo a Jean y a Miguel de Catering Motor. Lo más probable es que la bujía esté engrasada. Así es. Las cambiamos y la moto arranca entre una espesa humareda azul y blanca, está quemando todo el aceite que se metió en el motor. Jean me invita a comer a su casa con su familia. Se ha venido con su mujer y su hija. Le doy 600 dirhams, es mucho pero necesita ayuda y es un buen tipo. Salgo pero la moto aunque ha mejorado mucho, todavía no va redonda. No carga la batería. En Sidi Ifni vuelve a fallar. Estoy hasta los cojones.



The coil arrived yesterday. The DHL clerk said I was the first customer that morning. I was not surprised about, I do not think there is no other guy in Agadir so anxious waiting a box from overseas. I fixed the piece and changed both spark plugs. The bike coughed a big blue smoke but run. I went to Sidi Ifni, 124 km away. The bike stopped again, now is the alternator, the battery doesn’t charge. The local mechanic says he will fixed it for sure. We will see. I am laughing at my face.




In Sidi Ifni Spain fought its last war in 1956. This was our last town in Morocco. It is an almost non official war because the bad image of colonialism. Nobody remembers it in Spain nowadays. They didn’t teach it to me during the school hood. I learnt all about it in the Military. I served in the Parachutes Brigade, which fought and died here. So one can say in some way that my visit to here is a memorial for my brothers in arms.




En Sidi Ifni España libró su última guerra en 1956, al menos oficialmente declarada. Se ganó y se perdió. España abandonó la provincia pero mantuvo la población, convertida en una especie de Fuerte Apache hasta la independencia de Marruecos. Fue una guerra vergonzante y llevada en sordina porque por aquel entonces el colonialismo ya tenía mala prensa y los políticos franquistas habían decidido aproximarse a los Estados Unidos. Todavía hoy es una guerra que nunca existió. Pero los muertos españoles, entre ellos algún alférez de complemento, fueron de verdad. Para estos no hay memoria histórica que valga. La Guerra de Ifni no me la enseñaron en el bachillerato. Si me enteré de su existencia fue porque hice el servicio militar en la Brigada Paracaidista, unidad recién constituida por aquel entonces con elementos díscolos de la Legión, y que se mandó aquí a combatir, y a morir. Como reza su himno: “En Ifni se abrió el libro de nuestra historia”. Así que mí parada y fonda en Sidi Ifni tiene algo de homenaje a mis compañeros de armas.



The Spanish village is about to disappear in the dust and moisture. Is almost abandoned but there is something attractive in its decadence. It is difficult to understand that nobody wanted to build here a Disneyland of colonialism times for tourist development. Better this way. In the cheap restaurant sounds Julio Iglesias singing in French. He is fighting against the strong wind whistle.



El pueblo está medio deshecho. El encanto de la decadencia. Los viejos edificios del pueblo español aparecen vacíos y descuidados. ¿Nadie ha sabido ver el potencial histórico turístico para construir un parque temático del colonialismo? No. Casi mejor así. Mi hotel está bastante bien por 170 dirhams. La cena es bastante potable. Hay algunos franceses curtidos. Suena Julio Iglesias en francés, sus gorgoritos compiten con el silbido del viento.



El mecánico local, Mohamed, ha sabido localizar el problema en el alternador, así que con bobina nueva, nuevas bujías y alternador limpio la moto va bien y la batería carga. Pero antes de nada, un te marroquí. Me voy a volver diabético aquí.

The local mechanic, Mohamed, got the problem. He fixed the electrical system and now the bike goes Ok with new coil, new spark plugs and a clean alternator. The battery is charging again. But before any thing else, we had to have a Moroccan tea. I am going to be diabetic.

jueves, 11 de marzo de 2010

No hurry in Africa



Times do not fly in Agadir. I am an expert in having rest in the most terrible cities in the World. I will never forget the awful week spent in Almaty waiting for the Uzbekistan visa. And how about those five days in Aktau whishing for the ferry which crosses the Caspian Sea? Agadir is not so ugly and unfriendly. The beach is good, but the people are horrible. I mean, the Moroccans are Ok, in the Moroccan way of being Ok, of course. But the French and Germans are a plague. I am staying in the Marhaba Hotel, a non expensive one near de bay. All the customers are European old people. They are not here because the History or the Culture of Morocco. They do not care. They’d probably prefere the French Riviere. They are here because is cheap. But if you look this country looking for beach facilities and tourist development, what you will find is really crappy. So they are. They look at me thinking who is that ugly astronaut. I do either looking at them.

El tiempo no vuela en Agadir. Soy un experto en descansar en alguna de las más terribles ciudades del Mundo. Nunca olvidaré la horrorosa semana en Almaty esperando por el visado de Uzbekistán. ¿Y qué decir de aquellos cinco días in Akatau suspirando por el ferry que cruzaba el Mar Caspio? Agadir no es tan fea y antipática. La playa es buena, pero la gente es terrible. Quiero decir que los marroquíes son OK, en el modo marroquí de ser Ok, claro. Pero los franceses y alemanes son una plaga. Me alojo en el Hotel Marhaba, uno no muy caro cerca de la bahía. Todos los huéspedes son jubilados europeos. No están aquí por la Cultura o la Historia, sino porque es barato. Seguramente preferirían la Riviera. Pero si tu buscas aquí infraestructura turística, todo es deprimente, sucio y viejo. Así son ellos. Me miran como pensando quién demonios es ese feo astronauta. Yo los miro igual.




About the motorcycle problem. I have to say thanks to Grant Johnson for setting up the motorcycle travellers website www.horizonsunlimited.com I found there a really good info. There was posted the e-mail address of a French guy in Agadir who organizes bike tours in the desert. I asked him for help. “The French guy” turned up Jean Brucy, a Paris Dakar racer (20 times) and a very good guy. He took me to a garage run by another French, Olivier Patricolo. They are helping me, and they are a good point to know if you are travelling over here.

Acerca del problema mecánico. A través de una web para motoristas de larga distancia encontré la dirección de un francés que organiza excursiones por el desierto. El francés resultó ser Jean Brucy, una especie de héroe del París Dakar, con veinte participaciones. Él me llevó a ver otro francés, hijo de española, que regenta un taller industrial en Agadir. Olivier Patricolo. Ellos me están ayudando y son un buen punto a conocer si se viaja por esta zona.





If my problem is just the coil, I have two solutions. One coil is coming from UK by DHL. This morning the box was in Casablanca, so it will be arriving here tomorrow (no hurry in Africa). Another option is buying the coil here. One local mechanic fixes police motorcycles in Agadir. He has a coil. But he asks 2000 dirhams, about 180 euros for it. He thinks I am in a real need. And I would be if I didn’t ask for the spare from England. But at least once in life one should have more time to loose than an African guy. I will wait for the UK coil.

Si el problema es solo la bobina, tengo dos soluciones. Una es la que viene de Inglaterra por DHL. Está mañana estaba en Casablanca, tardará un día entero en llegar a Agadir, no hay prisa en África. La otra opción es comprar una usada a un mecánico local que arregla las motos de la policía. Pero me pide 2000 dirhams, unos 180 euros. Debe pensar que estoy en una verdadera necesidad. Y lo estaría si no hubiera encargado en Ouarzazate una de Inglaterra. Al menos una vez en la vida uno debe tener más tiempo que perder que un africano, así que esperaré por la pieza.




The local mechanic will have to eat his or wait till another BMW R100 G/S (after 1985) rider breaks the coil in Agadir. It will sure happen some day, but maybe not this decade. No problem, there is no hurry in Africa.

El mecánico local se tendrá que comer la pieza hasta que otro que conduzca una BMW R100 G/S posterior al 85 rompa la bobina en Agadir. Esto ocurrirá algún día, aunque quizá no esta década. Ningún problema, no hay prisa en África.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Dead bike in Agadir or Funny nightmare



Sometimes, life is crazy. I tried to fix the coil puting silicone on the fracture. Nigel, in Bikerhome, helped a lot. But when I left Ouarzazate, there was a hurricane blowing its anger. The bike could barely go faster than 60 km per hour. We tried to arrive Agadir, where I told Motorworks to send the new coil from UK. Only one cilynder was working, so I had to rise the rpm really high to mantain the bike on the road. As a result of it: I run out of petrol sooner than I expected. Lost in the middle of nowhere. But the scenery was awesome. I managed to find gas and keep on going. But when we were about to arrive Agadir, the bike blown a big blue smoke and stopped. It was at night. Two guys approached and helped. We put the bike on a small van and went to the city. It was very late when we found a place to stay. What a long trip. What a funny nightmare.

La moto ha muerto en Agadir. Fuimos hasta Ouarzazate. Las montañas no la sentaron bien. El problema es el encendido, la bobina está rajada y sólo funcionaba un cilindro. Intenté sellar la rotura con silicona pero no ha mejorado. Al salir de Ouarzazate soplaba un huracán. La moto casi no andaba; llevándola en segunda y altísima de revoluciones alcanzaba los setenta. Era como llevar un ciclomotor de doscientos kilos. Eso sí, cuesta abajo nos poníamos a cien. Pero entonces siempre nos encontrábamos un camión en una curva o una de esas odiosas autocaravanas de los franceses que vienen aquí de vacaciones. Los muy imbéciles adoptan el modo marroquí de conducir y ocupan toda la calzada para que motos y bicicletas nos salgamos al desierto.




Al llevar la moto a siete mil revoluciones por minuto en marchas cortas, la gasolina dura la mitad. Así que me quedé sin combustible por primera vez en estos viajes por el mundo. El paisaje, eso sí, era espectacular, hubiera sido un deleite de no ser porque el viento quería arrancarme la cabeza. como siempre ocurre en estos países, el primer vehículo que pasó paró a ayudar. Bueno, miento, no fue el primer vehículo, sino el primero marroquí. Antes habían pasado algunos franceses y alemanes que me dejaron pudrirme en el arcén. El conductor me llevó a la gasolinera mientras su acompañante se quedaba vigilando la moto. Cuando regresamos, me lo encontré con el casco puesto paran que el viento no le llenara los ojos de tierra.




Los doscientos kilómetros restantes fueron una auténtica odisea. La moto iba a tirones, se calaba y se sucedían las poblaciones con el habitual sistema de tráfico marroquí: el Caos con mayúsculas. Coches, peatones, bicicletas, burros, perros… todos a la vez como en un videojuego. Atardecía y el sol se iba poniendo delante de mis ojos al dirigirme hacia el oeste, o sea, que no veía nada. Mi dieta se compone aquí de té azucarado (por eso tienen los dientes podridos) y pan. Al borde del agotamiento, me pareció divisar los contornos de Agadir. Pero me equivocaba. Era un atasco fenomenal. Cuando me hallaba en mitad del follón, la moto dijo basta. Vaya, me dije, menudo marrón, y sin seguro de asistencia. Igual tengo que sacar la tienda y dormir en la mediana de esta autopista.




Un par de tipos aparecieron de la nada y tras interesarse por mi problema y sobre todo, de qué equipo era, me recomendaron seguirles por un oscuro camino que se apartaba de las luces y la gente. Aquí creo que es donde se marca la diferencia entre los jedais y los turistas. Un turista hubiera pensado: 1) no los conozco de nada. 2) llevo cosas de valor encima 3) las recomendaciones de las guías son desconfiar de los extraños 4) nadie sabe que estoy aquí 5) se me han olvidado los dodotis.



Pero un auténtico Jedai lo que piensa es… bueno, no sé lo que piensa un auténtico Jedai. Probablemente haga como yo y no piense en nada de nada, confíe en la Fuerza, en el Destino, en los ángeles y se meta con aquel par de tipos por el inmundo caminejo que llevaba a una inmunda barriada sin luces ni asfalto y se pierda por un dédalo de callejuelas que parecen diseñadas por un aficionado a los laberintos.



Hay que confiar en la Fuerza. Palabra de Jedai. Mis acompañantes pronto localizaron un amiguete con furgoneta que por 20 euros nos llevó hasta un hotel en Agadir donde puede aparcar la moto y ponerme tibio de cerveza. Desde mi ventana veo ahora misnmo el Océano Atlántico. Y como suele ocurrir, no tengo ni idea de cómo va a terminar este viaje. Ya os lo contaré.

lunes, 8 de marzo de 2010

Still alive





The bike is seriously damaged. The coil is gone. The ignition works pretty bad. The clutch had also better times long ago. Riding a crappy motorcycle across Africa is another kind of adventure. Should I stay or should I go. Keep on going or going back home? I asked for the coil spare from UK, they said it would arrive Agadir in three days. The Jedai inside me says go on and trust the Strength, but the sensible voice I hear from time to time says go back to Spain and drink hot chocolate like any other old man.

Meanwhile, we have arrived Ouarzazate. The wind blows dust and promises of deserts.




La moto está seriamente averiada. No sólo el embrague tiene poca vida sino que la bobina está rajada y la ingnición es deficiente. Pilotar una motocicleta en mal estado por África es otro modo de vivir la aventura. Seguir o regresar. He pedido la bobina de Inglaterra y dicen que en tres días puede llegar a Agadir. El jedai que llevo dentro me dice que confíe en la fuerza pero la voz sensata que escucho de vez en cuando me dice que regrese a España a tomar chocolate caliente como otros puretas de mi edad.

Mientras tanto, hemos llegado a Ouarzazate. El viento sopla arena y promesas de desierto.